jueves, 24 de diciembre de 2009

Todo lo que hacemos lo hacemos ritmicamente.






Tun
Tun
Taaaass!


Ayer volvía a casa por la noche con Pedro y tuvimos durante un rato a una pareja caminando delante de nosotros. Al fijarme en sus pasos reflexioné una vez más acerca de lo que Benito me había revelado cierto día: siempre lo hacemos todo a ritmo.


Es más, lo hacemos todo buscando armonía. Cucharazos, risas, palmadas, son-risas, silbidos, sorbidos, aspiraciones, eructos, soplidos, brindis y mordiscos............cuando tenemos una comida familiar, una cena de amigos, un aquelarre masónico o una conjura de necios, siempre realizamos todos nuestros movimientos intentando estar en fase con las personas de nuestro círculo.


Y lo mejor de todo esto es que es involuntario por lo que el concierto de perros flauta está asegurado.

6 comentarios:

  1. seguramente sea casualidad, jaja.
    un beso, te sigo :)

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  2. En algún sitio leí que intentamos sincronizar nuestras acciones con los latidos del corazón. Pero a lo mejor lo soñé o algo.

    Y como te dije el otro día, siembre cabe la posibilidad de que fuera un fallo de matrix...

    Un abrazo

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  3. Me gusta esa sincronización casual :)

    Te sigo :)

    Un beso.

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  4. Recuerdo haber escuchado algo (o también soñé, o también algo) referente a estudios sobre las ovaciones y cómo la masa, inconscientemente, tras un inicio caótico sincroniza los aplausos a la vez que baja la frecuencia de las palmadas para resultar en los típicos aplausos que tienen lugar tras –por ejemplo- un concierto. Parece ser que la sincronización es una manifestación natural; hay múltiples ejemplos en la naturaleza que así lo demuestran, y en nosotros, como buenos (¿?) animales, no podía ser menos.

    Ocurrirá lo mismo con el vuelo de hortalizas? Tenderán los latidos de nuestros corazones a sincronizarse si nos cogemos de la mano?

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  5. Cierto lo de los aplausos. ¿No es muy raro cuando en las películas yankis empiezan lentamente a aplaudir y luego van aumentando en velocidad? Los aplausos lentos (a no ser que sean para querer demostrar ironía) son demasiado incómodos para mi.

    Esto de los aplausos me recordó algo que escribí en un fotolog ya cerrado (una pena). Trataré de recordarlo para una futura entrada.

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  6. Eso es mas o menos lo primero que me quiso enseñar mi profesor de bateria, años ha...

    Al final la vida parece una sucesión de canciones, ritmos. Melodias entrelazadas. Y cada acción que realizamos tiene su propio ritmo.

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